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Friday, November 20, 2015

La Izquierda Imperial:¡al cabo de años, la misma cantinela!

Assad sabe que el sarin mata primero a los niños
Hace más de dos años éramos testigos de la reintroducción a la lucha de clases de los envenenamientos masivos, cuando más de 1400 personas resultaron muertas a consecuencia de un ataque con gas sarin en el suburbio damasquino de Ghouta Oriental. Había sido una de las grandes victorias del movimiento progresista del siglo pasado el que se hubiera establecido una prohibición de ese tipo de armas después de lo que ellos entonces llamaban "La Gran Guerra", mostrándole al mundo el verdadero horror que implicaba. Antes de esa guerra, habían estado ganándose las preferencias del público como recursos eficaces para aplastar rebeliones, minimizando a la vez el daño a la propiedad del capital. Las airadas protestas en su contra después de la guerra pusieron fin a esa bonanza y lograron establecer la prohibición de su empleo, prohibición que se cumplió en general por espacio de casi un siglo. No habían sido empleadas a una escala así de masiva durante un cuarto de siglo antes de su uso en contra del levantamiento sirio. Esa oportunidad anterior se dio en 1988, cuando del líder iraquí Saddam Hussein usó sarin en contra de iraníes y kurdos. Washington le había dado luz verde para esos ataques. Los EEUU incluso aportaron información de objetivos sabiendo perfectamente que se emplearía el gas sarin. Solo llegarían a declararse "preocupados" por su posesión de armas químicas 15 años después, cuando ya no las tenía.

Donald Rumsfeld y Saddam Hussein
Por lo que nos dice la historia, los imperialistas norteamericanos en general no tienen problema alguno con que un dictador tercermundista gobierne por medio del asesinato y del terror desenfrenado. Desorientados por la Primavera Árabe y empujados por sus socios europeos, hicieron una excepción en el caso de Gaddafi en Libia. Entraron a formar parte del conflicto del lado del pueblo y en los términos establecidos por el Consejo Nacional Transitorio y las Naciones Unidas. Como consecuencia, ganaron poco en Libia, ni siquiera un cuartel general para el Africom, de modo que no han estado muy satisfechos con los resultados y tempranamente dejaron en claro que no habría tal intervención humanitaria para los sirios. La revolución aún no había cumplido dos semanas, el 27 de marzo de 2011, cuando a la Secretaria de Estado Hillary Clinton se le preguntó en Face the Nation, "Podemos partir de la base de que los Estados Unidos entren a tomar parte en el conflicto de la misma manera en que participamos del conflicto en Libia?" Su respuesta fue "No. Cada una de estas situaciones es única, Bob". Los titulares que salieron al día siguiente fueron: Clinton: No habrá ataque a Siria.

Después de que a Assad se le hubo asegurado que no habría intervención militar norteamericana, pronunció un discurso tres días más tarde, el 30 de marzo de 2011, en el que se retractó de su promesa de levantar el estado de emergencia. Cuando la gente salió a las calles a protestar al día siguiente, resultaron 25 muertos por sus fuerzas de seguridad en Latakia. Después del planteamiento por Clintos de lo que iba a ser la política norteamericana, Assad comenzó a usar su ejército en contra de los manifestantes y el número de muertos comenzó a aumentar dramáticamente. Los espías privados de Stratfor Global Intelligence vieron claramente que Hillary Clinton estaba señalizando una aceptación norteamericana de la brutal represión por parte de Assad. En un memorando fechado el 31 de marzo de 2011, ellos escribían:
Washington fácilmente podría haber enviado una advertencia a Damasco diciendo que "Un tratamiento de Siria al estilo de Libia es una de las opciones". Francia ya estaba dispuesta a comprometerse en Siria. Pero los EEUU hicieron lo contrario.
John Kerry y Bashar al Assad
No había nada inusual en la aquiescencia por Washington de las medidas de fuerza por parte de un dictador. Después de lo que podría considerarse la desviación libia, estaba volviendo a la normalidad. Lo que fue inusual es que esta vez estaría la Izquierda Imperial demandando lo que ellos estaban decididos a hacer. "Fuera las manos de Siria" ya era la política de Obama un año antes de que los "anti-imperialistas" comenzaran a poner la consigna en sus pancartas. Por cierto que estos "anti-imperialistas" siempre tenían que poner la palabra humanitaria entre comillas, de modo de poder exigir que no hubiera intervención humanitaria en Siria sin arrugarse, mientras el número de víctimas se iba multiplicando por mil, una vez que Clinton le dijera a Assad que no habría intervención humanitaria en Siria. A diferencia de Libia, en Siria no han existido una zona de no vuelo o una fuerza con mandato de Naciones Unidas para proteger a los civiles. Con posiblemente medio millón de muertos y la mitad del país sin techo, Siria es un éxito rotundo del no intervencionismo. Por años se han estado quejando de que en Libia impera el caos, mientras que a la vez ignoran el crecimiento exponencial de Siria como campo de muerte.

Obama le entrega una promesa presidencial a Assad y a sus víctimas

30000 libios murieron en las luchas por derrocar a Gaddafi en 2011 y menos que ese número de sirios habían muerto en ese conflicto hasta el 20 de agosto de 2012, cuando el Presidente de EEUU, Barack Obama, definió a las armas químicas como su línea roja. Como en su declaración sobre una "línea roja" elevaba en tanto la vara que podría provocar una respuesta militar de EEUU, se la consideró principalmente en la región como luz verde para que Assad continuara atacando a civiles con armas convencionales.
Assad negó que se le hubiera dado luz verde. Una semana después de que Obama hiciera su declaración, Assad interrumpió un silencio público de 40 días al ofrecer una entrevista en televisión en la que dijo que "Siria no necesita luz verde para tratar sus asuntos internos, ni de nuestros aliados, ni de nuestros enemigos", pero lo que hizo fue intensificar sus ataques en contra de civiles con renovada confianza. En esa declaración, Obama le aseguraba a Assad que no habría zona de no vuelo que obstaculizara su campaña de lanzamiento de bombas barril, cuando la simple amenaza de guardarse esa posibilidad habría podido retener un poco la mano dura de Assad. Habiéndosele asegurado que podría seguir matando "a la manera antigua" sin intervención militar norteamericana mientras no utilizara "todo un conjunto de armas químicas", aceleró al máximo su maquinaria de guerra "convencional". Otros 80000 sirios iban a morir por medios convencionales antes de que 1400 fueran asesinados con sarin no convencional, un año después.

Ese ataque, que tuvo lugar exactamente un año después de la declaración de Obama sobre líneas rojas, también recibió algo así como una luz verde de parte de Washington. Dos días antes del ataque del 21 de agosto, el 19 de agosto, el alto general norteamericano Martin Dempsey envió una carta al congreso reiterando la oposición de la administración Obama a una intervención militar de EEUU en Siria. El día anterior, el 18 de agosto, los equipos de vigilancia y escucha estadounidenses habían empezado a captar señales de la preparación del ataque por parte del ejército sirio, dado que una unidad de élite de armas químicas se trasladaba a Damasco. Ellos no tradujeron los mensajes interceptados hasta después y sostuvieron que nunca tuvieron conocimiento previo de los ataques, bajo el lema de "créanlo o no", que la Casa Blanca proclamó una vez que estos hechos se conocieron. La cuestión de si la luz verde para que Assad continuara la matanza, contenida en la carta de Demsey del 19 de agosto, era más bien de naturaleza general, o bien específicamente referida al ataque con sarin del 21 de agosto, está pendiente. En cualquier caso, el registro de la administración Obama sigue mostrando que ha hecho poco por desalentar las matanzas de civiles por parte de Assad y ha hecho mucho por alentarlas, especialmente dado su rol dirigente en la “oposición” internacional al régimen de Assad.

Casi ningún representante de la Izquierda objetó la señal dada por Obama a Assad de que las fuerzas armadas de EEUU no intervendrían para parar su matanza de civiles, al igual como ninguno puso en duda su promesa de emprender medidas militares si Assad efectivamente usaba armas químicas --- en el momento en que se hacía esa promesa y se daba esa luz verde. Al igual que muchas otras aristas tocantes al conflicto creciente en Siria, para la mayoría de la Izquierda esto estaba ocurriendo en un lugar al que estaban tratando de no mirar. Esa es probablemente también la razón por la que numerosas voces de la Izquierda emergieron después del 21 de agosto de 2013, que pusieron en duda quién había sido realmente responsable por el ataque con sarin en Ghouta Oriental, nunca especularon acerca de quién había estado realmente detrás de los meses de ataques con bombas convencionales y misiles a Ghouta Oriental que precedieron al ataque con sarin, ni comentaron la multitud de ataques habidos después, hasta incluso los más recientes, los ataques aéreos rusos a Ghouta Oriental.Y sigue probando ser un área que Assad es incapaz de conquistar. Eso debería ser la respuesta a la pregunta típica: "¿Por qué habría de usar sarin, si está ganando la guerra?"

En la época del gran ataque con sarin, muchas voces de la Izquierda salieron a defender al Presidente sirio, Bashar al Assad, poniendo en duda la conclusión de sentido común de que era su régimen el que estaba detrás del ataque. También surgió una buena cantidad de teorías o de relatos alternativos de quien estaba detrás de él. Algunos culparon al Príncipe Bandar y a los sauditas, otros culparon a Turquía y a Qatar. Ninguno afirmó tener pruebas definitivas, pero todos ellos complementaban a esa otra campaña que había surgido en la Izquierda Imperial. Se trataba de una campaña en contra de cualquier ataque ilitar al régimen de Assad, en respuesta al ataque con gas sarin. Cualquier argumento que despertara dudas acerca de la culpabilidad de Assad calzaba en la demanda de que Obama renegara de su promesa hecha al pueblo sirio.

Ahora parecería que estas teorías se hubieran adoptado sin más y sin crítica, ya que parece existir la percepción en la Izquierda Imperial de que se hubiera "probado" que el ataque con sarin habría sido un ataque de "bandera falsa". A mi me ha sorprendido sobre manera la cantidad de "anti-imperialistas" que tratan esa apreciación como un hecho probado.

La defensa descansa

Dada la significación de esta violación de la centenaria prohibición del uso de armas químicas en contra de civiles y la importancia de su retorno como arma para enfrentar las sublevaciones de masas, uno podría esperar que la Izquierda sea la primera fuerza entre las que persiguieran a los autores de este crimen, no importa de dónde sean. Aparte de la cuestión de un posible golpe militar de EEUU, 1400 seres humanos habían sido asesinados en lo que claramente era un crimen de guerra y habrá alguien que deba ser llevado ante la Corte Penal Internacional por estos hechos. Pero eso no es lo que sucedió. Los que promovían teorías alternativas actuaban como abogados de Assad, no como fiscales a favor del pueblo. En cuanto pasó el peligro de una respuesta militar de EEUU, ellos sobreseyeron el caso. La Izquierda Imperial nunca realmente se puso de acuerdo en quién fue, pero están seguros de que Assad es inocente.

Nunca existió un peligro real de respuesta militar norteamericana. La declaración original de "línea roja" se refería más bien a lo que los EEUU no harían, en lugar de referirse a lo que harían bajo condiciones, de las que Obama pensaba que eran improbables. Ya que su bluff había sido puesto en evidencia, él necesitaba alguna salida. Es por eso que sometió su decisión como comandante al congreso y fue ese el porqué todos los que se manifestaban con "Fuera las manos de Siria" le estaban haciendo un favor.

Veteranos por la paz marchando con partidarios de Assad
Después de que Obama "cediera" a la presión popular, no solo canceló toda acción militar de EEUU, sino que también hizo desistirse a los franceses. Aunque las bombas convencionales de Assad comenzaron a llover sobre los civiles sirios a un ritmo siempre creciente, la Izquierda Imperial celebraba en las calles el haber logrado "parar la guerra". Existía muy poca consciencia del efecto que el hecho de que los Estados Unidos renegaran de su promesa de intervenir si es que Assad alguna vez empleaba armas químicas iba a producir en la correlación de fuerzas al interior de Siria, ni del hecho de que esto se traducía en un regalo para los yihadistas. Incluso ahora hay pocos en la Izquierda que sean capaces de ver la conexión entre el hecho de que occidente le diera la espalda al pueblo mientras un dictador lo masacraba y el auge de Daesh. En buenas cuentas, se podría decir que Daesh transitó la "línea roja" de Obama desde Raqqa hasta Mosul, y una vez conquistado Mosul, Baghdadi declaró su califato.

Las NNUU responden la pregunta "¿Sarin de quién?" formulada por Sy Hersh

Por cierto que el golpe militar en contra de Assad nunca ocurrió. Y no ha ocurrido pese a que Obama ha bombardeado casi a todos los bandos en conflicto, menos al de Assad. ¡Así de cerca de bombardear a Assad llegó a estar en 2013! Lo que ocurrió fue que Assad aceptó entregar todas las armas químicas que admitiría tener a su disposición. Entre ellas se contaban sus reservas de sarin, ampliamente conocidas. Aunque a las Naciones Unidas, por medio del veto ruso, se les prohibió nombrar al culpable del ataque con sarin, después de que Assad hubiera entregado el sarin del que disponía, ellos pudieron compararlo con las muestras provenientes del ataque del 21 de agosto, llegando a la conclusión muy interesante de que el sarin usado en el ataque del 21 de agosto attack provenía de "las reservas de armas químicas del ejército sirio".

Si se les cree a esos resultados de análisis hechos por las NNUU, es casi imposible no concluir que el régimen de Assad estuvo detrás del ataque. Después de todo, este nunca denunció hurtos u otro tipo de pérdidas de esas armas. Si se les cree a esos resultados de las NNUU, debemos concluir que todas las historias inventadas por Sy Hersh, Ray Govern y Mint Press acerca del sarin creado en la cocina de alguien eran puras tonterías. Hasta ahora, ninguno de ellos se ha sentido llamado a defender sus historias a la luz de estas nuevas informaciones o a refutar el informe de NNUU. Por lo que yo puedo juzgar, ese informe de NNUU ha sido ignorado por la Izquierda Imperial, que ya hace tiempo llegó a la conclusión de que se trataba de una situación de bandera falsa de algún tipo y que Bashar al-Assad era inocente del ataque a Ghouta Oriental, al menos con sarin, el 21 de agosto de 2013.

La corriente principal de la Izquierda ha estado dominada por esta Izquierda Imperial desde un comienzo. Mientras sus militantes gustan de presentarse como los opositores más acérrimos del imperialismo norteamericano, han estado apoyando la política norteamericana en Siria en todo este tiempo, la que, contrariamente a las declaraciones públicas, ha sido la de mantener a Assad en el poder. Esta Izquierda Imperial ha jugado un rol importante de apoyo en la promoción de esta política imperialista de EEUU en Siria, porque esta política implicaba mantenerse al margen, mientras Assad y los que lo respaldan lanzaban una campaña despiadada de asesinatos en masa y de castigo colectivo en contra de un levantamiento popular, y al mismo tiempo dar la impresión de estar en su contra. El argumento "anti-imperialista" de que Obama estaba por un "cambio de régimen" porque así lo afirmaba, ayudó a vender esa ilusión y sus "denuncias" hasta de los más ínfimos ejemplos de apoyo norteamericano a la lucha contra Assad fue un real amplificador para esa propaganda.

Cualquiera que tenga consciencia de la notoria falta de cobertura de los eventos de Siria a lo largo de los últimos cuatro años sabe que los medios burgueses de EEUU apoyan esta política no intervencionista de manera casi unánime. Cientos de personas han estado siendo asesinadas a diario, todos los días, y eso raramente aparece en las noticias. El gobierno sirio todos los días lanza bombas barril pero los medios principales nunca nos muestran las imágenes. El régimen de Assad mata a siete veces más personas que ISIS pero resulta imposible enterarse de eso por las noticias. Si los imperialistas norteamericanos realmente quisieran fomentar un apoyo popular para una intervención militar en Siria, no necesitarían inventar cosas o montar ataques de bandera falsa, todo lo que necesitarían hacer es mostrarle a la gente lo que el régimen de Assad ha estado haciendo.

No debería ser sorpresa para nadie, ni menos en la Izquierda, el enterarse de que lo último que los imperialistas de EEUU quisieran en Siria es un gobierno revolucionario. ¿Acaso alguna vez los EEUU han querido eso para un país del Tercer Mundo? Pese a la "guerra de palabras" entre occidente a los Assad, ellos han sido socios en cuanto a mantener el status quo de la opresión. El régimen de Assad cooperó con el pentágono en su guerra de 1991 contra el Iraq y con la CIA en su "guerra al terrorismo". En los últimos cuarenta años le ha dado a Israel su frontera más pacífica.

Pero como los EEUU pretenden ser un faro de democracia y como el régimen de Assad era ampliamente conocido por ser una dictadura brutal, de ningún Presidente norteamericano se podrá esperar que salga abiertamente en defensa de un régimen de ese tipo. Al menos no sin que se haya lanzado a la coctelera un Daesh de terrorismo, para justificar una solución de "mal menor", como está ocurriendo ahora. Nadie debería declararse sorprendido cuando un Presidente norteamericano expresa su apoyo al derrocamiento de un tirano de esa laya o repetidamente lo llama a "renunciar". Eso ha sido todo parte del juego de Obama como "policía bueno" en relación a Siria. Lo que resulta sorprendente es que la corriente principal de la Izquierda optimice el efecto del juego de Obama, al creerle sus palabras antes que sus actos, acusándolo de "cambio de régimen" durante años, mientras que él no hacía nada para implementarlo, o que haya comprometido su apoyo a un genocida por el puro hecho de que este declarara ser "anti-imperialista".

Déjenme contar las maneras en que la Izquierda Imperial ha apoyado a "sus propios" imperialistas:

La primera de las maneras en que la Izquierda Imperial le ha dado apoyo a su propia burguesía en lo referente a Siria consiste en que, hablando en general, ha estado tan silenciosa como la generalidad de los medios de comunicación en cuanto a publicar las atrocidades del régimen de Assad. No han hecho prácticamente nada para protestar en contra de una guerra en la que han muerto cientos de miles en pocos años. Si Democracy Now, por dar un ejemplo, hubiera optado por desarrollar campañas en contra de los bombardeos casi diarios de Assad con barriles de TNT sobre la base de los videos originales generalmente disponibles en YouTube, eso bien podría haber sido un factor decisivo. Pero no ocurrió. No es más probable escuchar algo acerca de los más recientes bombardeos por Assad en el show de Amy que en Fox News.

La segunda de las maneras en que la Izquierda Imperial le ha dado apoyo a su propia burguesía en lo referente a Siria consiste en que han ayudado y vender el cuento de que el gobierno norteamericano realmente estaba en contra de Assad y que trabajaba por destituirlo. Una cosa es que Obama diga que Assad debería renunciar. El que exista una oposición que afirme que él está llevando adelante un programa de cambio de régimen ha ayudado a que mucha más gente se lo crea. También ha ayudado a que se haga escándalo de cualquier ínfimo apoyo él pueda haber dado a la oposición, argumentando que se trataría nada más que de la punta del iceberg. Ellos también han sido un conducto útil para la difusión de historias "filtradas" desde la CIA. Un conducto mucho más eficaz que los propios comunicados de prensa de la CIA.

La tercera manera en que la Izquierda Imperial ha apoyado a su propia burguesía en relación a Siria consiste en que han salido con bulliciosas campañas sobre Siria cada vez que alguna de las atrocidades cometidas por Asad rompe el muro de silencio y se traduce en una amenaza a la indiferencia del mundo para con sus crímenes. En esos casos ellos se esfuerzan por levantar cortinas de humo y polvaredas, pero solo para los crímenes que han llegado a la atención pública, cuidándose al mismo tiempo de no sacar otros a la luz del día. Hicieron eso cuando la masacre de Houla apareció en las noticias, así como en el caso más notable, cuando Assad usó sarin en Ghouta Oriental, y más recientemente para defender el bombardeo ruso a las fuerzas de oposición a Assad.

Con la bajeza de su indiferencia ante la lucha del pueblo sirio han impulsado a que miles de jóvenes se aparten de la Izquierda y se acerquen a los yihadists. Han obtenido grandes logros en cuanto a desacreditar a la Izquierda en el mundo árabe y entre los musulmanes. Los sirios que luchan en contra del régimen consideran a Code Pink y a Veterans for Peace como parte del campo enemigo y en eso están bastante acertados. Por tanto resulta bien irónico que una de las principales justificaciones de esta Izquierda Imperial para no apoyar a la Revolución Siria sea el que ella no disponga de dirigentes de izquierda.

Obama y Putin discuten materias de Siria hoy
El principal problema consiste en que ellos se resisten a aprender de sus errores y de la historia. Ellos insisten en afirmar que Obama está por un "cambio de régimen" en Siria aún cuando él reitera su oposición a la creación de una zona segura en Siria o a cualquier intervención militar destinada a parar el asalto del régimen de Assad a los civiles momentos antes del inicio de la cumbre del G20 esta misma mañana. Y lo más vergonzoso, esta Izquierda Imperial sigue respaldanso en 100% la decisión de los imperialistas de no intervenir en contra de los ataques a la población civil por parte del régimen de Assad, aunque sean estos ataques los que continúan alimentando la crisis de los refugiados sirios y el auge de ISIS.

Posteado by Clay Claiborne traducido por Ralph Apel

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